El pequeño terremoto que supuso mi cumpleaños ya ha pasado, recobrando la calma habitual que me permite mirar las copas de los árboles y darme cuenta de que la primavera ya ha llegado. De que ya vuelan los vencejos de nuevo entre los balcones pasando en chillonas pandillas ante mis narices cuando me asomo por las mañanas. De que ya comienza Euro (el viento de levante) a templarse, a calentar los mediodías barruntándose su próxima crueldad estival. Y de que, como siempre, el ciclo de la vida gira un cuarto de vuelta acercándonos de nuevo al sofocante verano.
Y nosotros, mientras tanto, disfrutando de los nuestros, de mis hijos, de mi mujer, de mi familia... del encanto de lo cotidiano, aunque oteando el poniente queriendo ver llegar el céfiro, el dios Ζέφυρος o Zephyros de los antiguos griegos que endulce los días.
UN LUGAR AL QUE LLEGAR
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Bueno, aquí está la cubierta de mi quinta novela y su título, y lo que
opina mi prologuista de cabecera Gabriel Neila, para que os vayáis
aproximando a ...
Hace 4 años
2 comentarios:
Gracias por tu paseo por mi blog. Seguiré tu espera del Céfiro.
Un beso.
LIA
¡Muchas felicidades por tu ya pasado cumpleaños José Javier! (Así aprovecho la visita, jeje). El entorno cotidiano que describes parece ideal para que este año sea memorable. ¡Que disfrutes los 44!
Estoy segura que lo mejor sí que está por llegar... En cualquier caso 'hoy es el primer día del resto de tu vida'. ¡Hay que celebrarlo!
Y te animo a seguir adelante con tu blog, este que el destino ha puesto frente a ti hace apenas una semana... ¡Por algo será!
Volveré a visitarte :)
¡Saludos!
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