Luisa se sentó a desayunar con nosotros dejando la bolsa del supermercado en el suelo y esbozando una amplia sonrisa.
Era un día cualquiera de comienzos de otoño, en el que la nueva estación parecía asomarse por el Aljarafe sevillano enviándonos alguna brisa fresca y húmeda aquella mañana.
Y, veréis, tras darle dos tragos al café, la amiga de mi mujer comenzó a charlar con su verborrea fluida y ágil contándonos cosas de sus hijos, de su marido, del tiempo, de política y de su trabajo, dejando caer que últimamente se le acumulaba en el laboratorio la faena.
Ya para entonces nos habían traído las tostadas, y mientras echaba el aceite en la mía soltó que la tarde anterior había conseguido tres embriones viables…
Sí… como si tal cosa, igual que había contado que el precio de la leche había subido o que el mayor de sus hijos había empezado a jugar a baloncesto nos dijo que ¡uniendo en su laboratorio un óvulo previamente extraído del ovario de una señora y un espermatozoide de su respectivo marido había conseguido un embrión! O sea, ¡una vida nueva!
Yo la miré a la cara fascinado mientras rebosaba el aceite en mi tostada sin poder creer que alguien pudiera contar cómo creaba vida mientras desayunábamos.
Y como comprenderéis, mi tostada se enfrió en el plato mientras escuchaba en qué empleaba su tiempo aquella fantástica mujer…
Era un día cualquiera de comienzos de otoño, en el que la nueva estación parecía asomarse por el Aljarafe sevillano enviándonos alguna brisa fresca y húmeda aquella mañana.
Y, veréis, tras darle dos tragos al café, la amiga de mi mujer comenzó a charlar con su verborrea fluida y ágil contándonos cosas de sus hijos, de su marido, del tiempo, de política y de su trabajo, dejando caer que últimamente se le acumulaba en el laboratorio la faena.
Ya para entonces nos habían traído las tostadas, y mientras echaba el aceite en la mía soltó que la tarde anterior había conseguido tres embriones viables…
Sí… como si tal cosa, igual que había contado que el precio de la leche había subido o que el mayor de sus hijos había empezado a jugar a baloncesto nos dijo que ¡uniendo en su laboratorio un óvulo previamente extraído del ovario de una señora y un espermatozoide de su respectivo marido había conseguido un embrión! O sea, ¡una vida nueva!
Yo la miré a la cara fascinado mientras rebosaba el aceite en mi tostada sin poder creer que alguien pudiera contar cómo creaba vida mientras desayunábamos.
Y como comprenderéis, mi tostada se enfrió en el plato mientras escuchaba en qué empleaba su tiempo aquella fantástica mujer…
Soledad Sánchez estaba allí, como nos relata en su blogverso del día 21 de noviembre.
14 comentarios:
te imagino chorreando tu tostada de aceite mientras la mirabas sin dar credito.
me encantó tu cotilleo de hoy, JJ tú también creas vida cada vez que cuentas algo.
Besotes mil
Pasa igual con muchos héroes y heroínas-médicos, enfermeras, apagafuegos, etc. sencillos y humildes, restan importancia a la gran labor que realizan.
Lucía realiza una labor maravillosa y ella es maravillosa en su sencillez.
Salud♥s. Melba
Todo reside en las costumbres diarias....y ya sabes..hay profesiones donde quiénes las ejercen están tan habituados que ya tienen callo! Así es que lo mismo te hablan de cómo hacer unos huevos escalfados que realizar una autopsia; ´:-)
BESIS!
José, yo sin haber estado en tan singular reunión he quedado impresionado, imagino como habras estado tú. Felicitaciones por el blog. Chauuuuuuuu
Parece increíble, impensable hace unos pocos años.
¿Con qué nos sorprenderá el paso del tiempo?.
Un abrazo y hablamos.
Tienes razón Javier, es fascinante!!!
Un beso
Un relato muy cotidiano..hay personas que se mandan unos relatos justo ,justo cuando comes,unos diálogos de antología...y el apetito se esfuma al calor de tán efusib¡vos relatos..
UN abrazo
Mariella
En realidad es como si trabajara en una fábrica de latas para conserva... Si se implicara más acabaría deprimida por los embriones que no salen adelante (supongo).
Salud.
Pd: No deje que se le enfríen las tostadas, que el estomago se vuelve tímido y sensible XD
JOsé J., así de fría es la ciencia, os lo ha contado con tanta frialdad como indiferencia... Yo me quedaría helada, igual que tu tostada... pero, José J. ¿no crees qué los de ciencias son más opacos a los sentimientos o por lo menos más resistentes....?Que tengas una estupenda semana y otra vez no dejes por nada que tu tostada se enfríe.Un abrazo. Angela
Debe ser como todo...para ti, una experiencia fascinante donde la posibilidad de crear vida te aturulla.Para ella una parte de su trabajo que imagino que le gustará, pero que a fuerza de costumbre lo tiene asumido como algo natural...y para nada lo es, en mi modesta opinión.
¿Te comiste las tostadas,preparaste otras o se te olvidó desayunar?
Un beso.
Como ha cambiado la vida!!!!! jejeje, quien nos lo iba a decir 20 años antes jejeje, como dice la canción!!!!
Si enlazamos con lo que yo hoy publico en mi blog, muchos/as de esas amargadas por algún semejante/a dirán...más fácil hubiera sido ir a un laboratorio de estos, ponerse a la cola y pedir, yo quiero que me inseminen de un hombre, alto, guapo, inteligente, sanote, rubio de ojos verdes etc, etc, etc y....dejarse de tanto filtreo barato jaaaaaaaaaaaaaaaa, me mondo, me imagino tu cara según nos lo has contado, eres genial!!!!
Un abrazote con cariñosssssssssss
Ya ves que lo que a unos nos sorprende por lo innusitado, a otros les parece algo de lo más cotidiano.
Me hace pensar que no damos la suficiente importancia a nuestra labor en la vida, e incluso tal vez la llegamos a convertir en rutina.
Un abrazo
Jose Javier...
Enhorabuena por tu decisión me alegro enormemente!!!!!
En cuanto al post... me ha parecido fantástico.....
Muchos besos y que tengas mucho éxito..!!!1
Cristina
Fascinante la señora y su oficio.
Arrancando miguitas de realidad llegas a conseguir que a mi también se me enfríe cualquier tostada.
Besos
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