martes, 8 de abril de 2008

:::La luz del faro:::

Llueve sobre mi ciudad. Llueve en el sur. Y a pesar de la oscuridad y la falta de claridad, un faro brilla en el horizonte, una atractiva luz aparece cada mañana haciendo que los días sean felices.
Por eso, abrid la ventana a pesar de las salpicaduras y buscad el faro, buscad una ilusión, un proyecto, una persona que os ilumine o mueva, que os impulse o inspire. En definitiva, que os sirva de punto de referencia en la andadura de la vida.
E igual que el arquitecto Sóstrato de Cnido levantó un gran faro por orden de Ptolomeo II en la isla de Pharos, frente a Alejandría, en el siglo III a.C., erige el tuyo como nueva Maravilla del Mundo. Y avísame.

3 comentarios:

.zan. dijo...

Tu idea del faro me trae a la cabeza una frase que siempre me gustó, de Eduardo Galeano. La comparto contigo:

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La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, la utopía sirve para caminar.
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Ojalá siempre haya algo allá lejos que nos impulse a caminar...

¡Un saludo!

Jacinta dijo...

Gracias por la visita..
Lindo texto...

Anónimo dijo...

Todos debemos tener esa luz, y ese faro, esa ilusión en forma de quien o de qué queramos más, pero ilusión al fin y al cabo que nos lleve adelante y nos empuje a seguir.